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Empecé a escribir en el embarazo de mi primer hijo, era tan fuerte, tan hermoso y maravilloso lo que estaba sintiendo que me nacían flores en la cara, en el cuerpo, en la sonrisa, en los dedos que se convertían en palabras que me aligeraban y me salvaban de explotar de tanta felicidad. Después seguí escribiendo cuando de repente algo sucedía que se amontonaba de poquito a poco en el centro de mí. En mi pecho y mi corazón se alimentaba hasta que eran tan grandes las ganas, que ya no me cabían y querían salir. Entonces rompía aguas y , como quien está de parto, ya no podía hacer otra cosas que no fuera ponerme a escribir. Así un torrente de palabras salía de dentro de mí de un empujón y nacía una historia.

Mi madre solía decir que lo que escribo me lo sopla una ángel y a veces así lo siento y es que cuando algo me duele necesito arrancármelo de dentro y al verlo desde afuera, la tristeza se convierte en nostalgia, la pena en recuerdos y se hace una luz de esperanza, como si alguien me cogiera de la mano y me mostrara la puerta abierta. Casi siempre es un regalo para mí misma, pues siempre se acaba encendiendo una luz.

Hoy escribo porque me gusta y porque lo necesito, escribir me ayuda a estar en mí. Cuando escribo me siento más cerca del cielo, me conecta con el Universo, con la Fuente de la vida. Escribo para sacar afuera, para verme de lejos, escribo para aligerar mi corazón ... escribo para ordenarme, para recordar, para volver al amor. Escribo porque lo que necesito saber me es revelado desde un lugar más allá de mi misma. Escribo porque me saca de mí y accedo a lugares maravillosos de paz y amor.

Como cantaba Mercedes Sosa en una canción:

“Hay que sacarlo todo afuera

como la primavera

nadie quiere que adentro algo se muera.

Hablar mirándose a los ojos

sacar lo que se pueda afuera

para que adentro nazcan cosas nuevas”

 

Un día un ángel amigo me dijo que tenía dos opciones para hacer con todo lo que escribía: guardarlo para mí o compartirlo con el mundo. 

Decido compartirlo contigo ya que no puedo quedarme con todo lo que me dictan los ángeles.

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